Y pasaron años con capítulos de mi vida dormida...
dónde creían y se empeñaban
en que era una oveja negra,
pues es lo que tiene estar dormidos
como igual pasó el patito feo...
Hasta que desperté yo sola
y vi mi esencia con sus garras y colmillos,
y así emprendí un lúcido camino
con una mochila liviana
de cicatrices sanadas
liberada de apegos y ego fantasmas.
Fue entonces cuando viví
mi Ser en todo su esplendor,
pues jamás fui oveja negra,
sino el Gran Lobo Negro...
y sí, el patito feo era un cisne...
Anna Vijo
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